Es difícil ver hoy en día una historia de cine negro bien contada y con buena dosis de suspense. Y sin lugar a dudas, Paul McGuigan con su película "El caso Slevin" lo consigue...
La película narra la historia de un joven llamado Slevin (cuyo papel interpreta, sin demasiada convicción para mi gusto, Josh Harnett) que es confudido con un amigo suyo al llegar a la ciudad y entra en el juego de dos mafiosos enfrentados: El Rabino (interpretado magistralmente por Ben Kingsley) y El Jefe (Morgan Freeman). La sombra de un sicario llamado Goodkat (Bruce Willis) con unas intenciones nada claras planea a lo largo de la película...
En la película se mezclan las secuencias de acción, con las de suspense y con pequeños aderezos de humor. Me gustó la dirección de la película en la que el director mezcla secuencias largas con algunas muy cortas que dejan al espectador con un "rompecabezas" frente así. Igualmente, el flashback en el inicio nos va poniendo en situación. Eso sí es una de esas películas en las que no podemos perder ni un sólo momento, ni un sólo detalle puesto que el poder "encajar" las piezas depende de ello...
La película me recordó en varios momentos a otras del mismo género como "Sospechosos habituales" o "Snatch: cerdos y diamantes". Sin embargo, el entramado final es un tanto lioso y queda la sensación de que el director y el guionista nos han "hecho trampa" pues hay detalles que no nos encajan...
En resumidas cuentas, el "puzzle" que nos presenta McGuigan en "El caso Slevin" es un buen entretenimiento convertido en una película de cine negro moderno...
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