En una película que, a priori, trata de acercarnos al mundo del pocker, esparaba percibir algún tipo de sentimiento. Cuando observé que el protagonista estaba “hipnotizado” por las cartas en su afán de ganar y jugar a cualquier precio, pensé que podría ser interesante. Pero fui descubriendo que “Lucky You” se desmorona como un castillo de naipes cuando poco a poco me consumía el aburrimiento...
Curtis Hanson me entusiasmó en “L.A. Confidencial” hasta el punto de provocar la obligada lectura del libro en el que se basó (muy superior, incluso, a la película). Sin embargo, en esta ocasión se aleja por completo de su buena dirección para dejarnos una sosa y aburrida película, sin sorpresa alguna. Hasta tal punto que cualquier aficionado al pocker pueda llegar a odiarlo y pasarse a la petanca...
Aunque en un principio, nos pueda atraer la historia que enfrenta a dos expertos jugadores de pocker, padre e hijo, que son capaces de renunciar a cualquier cosa por el hecho de ganar, a los 30 minutos de la película nos sumerge en un estado de letargo que se extiende hasta los 120 minutos finales que dura el film. Y es que ni el padre, encarnado por Robert Duval, ni el hijo (Eric Bana) ni tan siquiera la chica enamorada del protagonista (Drew Barrymore) son capaces de transmitirnos algo distinto al aburrimiento. En eso también ayudan tanto los diálogos largos y carentes de sentido como la aburrida banda sonora. Ni tan siquiera las propias partidas de pocker tienen ritmo, emoción o tensión. Por lo que el resultado final es un “par de doses” que no llegan, ni de lejos, a ganar esta partida a la indiferencia...
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